viernes, 22 de marzo de 2013

Slow travel: viajar a otro ritmo


Adiós al amercian way of life; adiós a las prisas, al aislamiento y a la no comunicación entre culturas. Lo que se lleva ahora es el movimiento “slow” como resistencia al ritmo de vida agitado y estresante del siglo XXI. Esta nueva corriente defiende la diversidad de costumbres, el interés por la riqueza de lo autóctono y el ritmo pausado propio de la cultura latina.



Italia, cuna del movimiento slow, ha impulsado la creación de las ciudades con el sello distintivo de slow cities o Cittá Slow. Estas ciudades ofrecen una calidad de vida superior, con una gran cantidad de zonas peatonales y verdes, una especial atención por la gastronomía y la cultura autóctona y un ambiente tranquilo y cálido, lo más libre de ruido y contaminación posible.

La filosofía slow apuesta por la integración del turista en el lugar de destino, la comunicación con los habitantes del lugar y el conocimiento de sus costumbres. El objetivo del viaje no es, por lo tanto, visitar una ciudad sino descubrirla, conocerla e integrarse en ella.

En cuanto al alojamiento, la opción más atractiva para el visitante es la casa rural, un entorno acogedor, casero y con un contacto directo con los habitantes del lugar. Si no existe esta opción, la mejor alternativa es una pequeña pensión de trato familiar.

¡Nos pasamos al ritmo slow!





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