Todas queremos perfeccionar la zona del abdomen, una de las que más dolores de cabeza nos traee, para poder así lucir estupendas este verano.
Por eso hoy os mostramos qué es cierto y qué no a la hora de lograr un vientre plano.
1. “Para tener abdominales marcados es necesario seguir una dieta baja en carbohidratos”.
Falso. Tanto los carbohidratos como las proteínas deben estar presentes en cualquier dieta, en especial si se quieren desarrollar o definir los músculos. Los planes alimenticios efectivos son aquellos que ofrecen una combinación de todos los grupos de alimentos. Lo que sí hay que tener en cuenta son las calorías y las cantidades que consumimos. Además, los carbohidratos funcionan como fuente de energía y son necesarios para el correcto funcionamiento de muchos órganos.
2. “La mala postura contribuye a tener abdominales flácidos”.
Verdadero. Cuando mantenemos una postura inadecuada, ya sea al caminar, o estando parados o sentados, nos encontramos en estado de reposo. Esto provoca que no contraigamos los músculos abdominales y, en consecuencia, estos se debilitan y no desarrollan un buen tono muscular. Siempre debemos corroborar que nuestra columna esté derecha, con los hombros bajos y ligeramente hacia atrás, y no encorvada, ya que esto último hará que el abdomen se afloje y el vientre se abulte.
3. “Para conseguir abdominales perfectos, es necesario realizar muchas series y repeticiones todos los días”.
No es cierto. Cantidad no es sinónimo de calidad. Realizar muchas repeticiones no tendrá ningún efecto si los ejercicios no son adecuados o no se realizan correctamente. Tanto el número de series como la velocidad no son tan importantes como la concentración dedicada a cada movimiento y contracción de los abdominales. El abdomen es un músculo más, y como tal debemos ejercitarlo lo justo y suficiente, evitando la sobreexigencia, y dejándolo descansar para que pueda recuperarse.
4. “Si los abdominales no duelen, significa que no están trabajando”.
Erróneo. En ningún caso el dolor es señal de estar ejercitando un músculo. De hecho, una molestia puede ser una respuesta negativa o incluso el inicio de una lesión. Muchas veces, ya sea en la vida cotidiana o en el gimnasio (por ejemplo al hacer flexiones), no sentimos trabajar a los abdominales, y sin embargo lo están haciendo sin que siquiera nos demos cuenta.
5. “El estrés y la falta de sueño pueden atentar contra el vientre plano”.
Es verdad. Dormir poco y estar estresado favorece el aumento de la hormona cortisol, la cual fomenta la acumulación de grasa en la zona abdominal. Un estudio realizado en la Universidad de Yale comprobó que, a causa del estrés, mujeres delgadas podían desarrollar un vientre abultado. Es por ello que combatir la tensión y dormir lo suficiente repercutirá favorablemente en nuestro cuerpo y nos ayudará a conseguir una panza chata.
Información obtenida de la revista: revistabuenasalud
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